sábado, 31 de mayo de 2014

Costumbres




Durante el esplendor del Porfiriato, la vida cotidiana experimentó cambios sustanciales.

En aquella época el gusto por la moda francesa era sinónimo de buen gusto y elegancia. La ropa, costumbres, música y alimentos de las clases acomodadas tenían una marcada influencia europea. 


Se creía que el hombre era fuerte, firme e inteligente, mientras que la mujer era intuitiva, sensible, sumisa y abnegada, y poseía un organismo frágil, músculos delicados, un sistema nervioso irritable y un cráneo pequeño.
Se argumentaba que por sus atributos y sus características la mujer era apta para la maternidad y las tares domésticas, pero inhábil para ejercer las actividades reservadas a los varones.
Se pensaba que la mujer tenía varias obligaciones: la primera de ellas era atender al marido y generar en su hogar una atmósfera de apacibilidad, según lo señalaba las revistas y el famoso Manual de Carreño.
En segundo lugar estaba encargada de educar a los hijos e inculcarles las primeras nociones morales; por último, debía desempeñar o supervisar las tareas domésticas.
La educación que se impartía a las mujeres obedecía a este esquema. No se buscaba educarlas para que fueran capaces de trabajar fuera del hogar, sino para que fueran buenas esposas y madres.
En los manuales de higiene, en las revistas dirigidas a la familia e incluso en las aulas, se difundió la idea de lavar el cuerpo y la ropa era requisito para la salud. La falta de baño se debía principalmente a la carencia de agua en la vivienda o a la escasez de establecimientos públicos que ofrecieran estos servicios.
Era una costumbre, tambien, que se regalara pan a los pobres para que Díaz de reeleccionará presidente con el fin de comprar su voto, seguían la corriente filosofica del positivismo, se copiaba el arte y cultura francesa.

Estaba la famosa tienda de raya, en donde se les pagaba en especie a todos los trabajadores esta era un establecimiento de crédito para el abasto básico, ubicada junto a las fábricas o haciendas y donde los obreros o campesinos eran obligados a realizar sus compras.La gran mayoría de los trabajadores era analfabeta y en el libro de registro de pago de nómina ponían una raya en lugar de su firma. 
Las tiendas de raya eran propiedad de los patrones y ahí expendían comestibles, licores y ropas de baja calidad. El pago a los trabajadores se hacía mediante vales que sólo se podían canjear en la tienda de raya del patrón, quien recuperaba todo el dinero erogado en pagar los sueldos ya que por lo general revendía los productos a un precio más alto. Cuando al trabajador, que recibía salarios muy bajos por exhaustivas jornadas, no le alcanzaba para pagar los productos que permitieran su subsistencia y la de su familia, se veía obligado a comprar a crédito con un alto interés y así adquiría una deuda que, si en vida no la pagaba, era heredada a su descendencia o a otros familiares. 
El trabajador no podía cambiarse de hacienda o fábrica sin antes saldar la deuda y si llegaba a escapar era perseguido por la policía para llevarlo de regreso. 

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